NUESTRO SABER HACER

Integrada en el grupo Charlois desde 2018, la Tonelería Marchive se beneficia del conocimiento en silvicultura y fabricación de duelas de trece generaciones.

Esta experiencia única le permite asegurarse un aprovisionamiento de tablas para duelas 100% PEFC y garantizar el cumplimiento de su propio y estricto pliego de condiciones, contribuyendo así a la reproducibilidad de su gama de barricas de roble.

La pertenencia al grupo se concreta en una fusión de conocimientos, y también en una puesta en común de valores, en particular, el respeto de las buenas prácticas forestales y el aprovechamiento integral de estos raros ejemplares de roble de más de cien años que se utilizan en tonelería.
Un estricto protocolo de análisis y control de la madera en el aserradero permite sortear el riesgo sanitario y de desviación organoléptica. Estos controles se incluyen en un procedimiento APPCC validado por Bureau Veritas.

El curado de las tablas para duelas

A la salida del aserradero, cuidadosamente apiladas, las tablas para duelas se transportan al parque de la Tonelería Marchive para un curado al aire libre de 24 a 36 meses.
Durante este periodo, el viento, la lluvia y el sol se combinan para lograr tres objetivos indispensables para la calidad de la futura barrica:
– Mecánico: las piezas de madera para duela pasan de una humedad de alrededor del 70 % al 15 % al final del periodo de curado, a fin de poder ser bien trabajadas en la tonelería.
– Enológico: la porosidad de la madera aumenta para garantizar el intercambio gaseoso (microoxigenación) que beneficiará al vino aportándole textura y estabilizando su color.
– Organoléptico: el tiempo de curado reduce ciertas características indeseables de la madera (verdor, taninos ásperos, etc.) al tiempo que libera los precursores de los aromas deseados que saldrán a relucir con el tostado y se apreciarán después en el vino.

La fabricación de las barricas de roble marchive

Al saber hacer en silvicultura y fabricación de duelas del grupo Charlois, se suma el de los propios toneleros de la Tonelería Marchive.
Tras un curado de 24 a 36 meses, los toneleros dan forma a las tablas para transformarlas en duelas. Estas se ensamblan mediante un aro en cada extremo por el principio de pretensado que aprovecha la flexibilidad de las duelas. Este pretensado, calculado en función del límite elástico de la madera, es útil para la etapa siguiente: el domado.
Las duelas así ensambladas, dentro de los aros provisionales, se colocan sobre un fuego alimentado con recortes de roble del taller.
El aumento de la temperatura y el rociado regular con agua preparan las duelas para el domado. El objetivo de esta etapa es apretar progresivamente las duelas hasta que estén perfectamente unidas.
Le sigue la etapa del tostado aromático o «bousinage» que permite que afloren las moléculas aromáticas presentes en el roble y desarrolladas durante el curado de las duelas. Las barricas se colocan de nuevo en braseros alimentados con los recortes de roble del proceso de fabricación. Las barricas se voltean varias veces para obtener un tostado uniforme. Esta etapa es crucial, ya que es durante esta fase cuando el roble liberará sus cualidades organolépticas.
La Tonelería Marchive propone los tostados tradicionales (ligero, medio, medio+ y fuerte) y otros tostados especiales, creados por sus toneleros para responder a la demanda de enólogos y amantes de los grandes vinos. Así, se ha desarrollado el tostado Infinite, para los grandes vinos blancos y el tostado Respect, destinado a los grandes vinos tintos.
Mientras las duelas del fondo se ensamblan gracias a un sistema de ranurado con presión que garantizará su estanqueidad, los extremos de cada barrica se cantean, preparándolos así para recibir los fondos. A continuación, se testan las barricas para comprobar su impermeabilidad.
Tras varias etapas de minuciosos acabados, lijado, colocación de los aros definitivos y marcado con láser, las barricas están listas para su expedición a Francia y al resto del mundo.